¿Qué causa un bulto en el codo de tu perro?
El término bursitis significa inflamación de las bursas (en latín significa bolsa), en este caso la que se encuentra localizada en el codo: la bursa es como una pequeña bolsita o saco cuya principal función es la proteger y amortiguar la fricción entre los tendones, los músculos y las articulaciones (a modo de «colchón» o «cojín») a través del líquido sinovial que producen.
Cómo se desarrolla el bulto en el codo de tu perro
El higroma o bursitis de codo se desarrolla por un ‘trauma’ o golpe continuado: los que tenéis perros grandes habréis notado cómo más que tumbarse ‘se dejan caer’ bruscamente sobre sus codos en el suelo de casa (a esto nos referimos cuando hablamos de traumas recurrentes); además de inflamarse, las bursas pueden infectarse y romperse.
Aunque no todos los perros reaccionan igual ante la aparición de bursitis, esta suele cursar con dolor e incomodidad para el perro, y para el dueño es una motivo de gran preocupación ver esa «pelota» en el codo de su mascota.
¿Qué podemos hacer para prevenir los bultos en el codo del perro?
La mejor manera de intentar evitar que el perro desarrolle un higroma de codo (o ayudarle a mejorar si ya tiene uno), es proporcionarle desde cachorro una cama o superficie suave, firme pero acolchada, para que duerma y descanse. Si el piso de nuestra casa es duro, podemos colocar alguna alfombra o trozo grueso de moqueta en los lugares favoritos de nuestro amigo, donde «se deja caer» para descansar.
Para los perros grandes y gigantes que pasan mucho tiempo en el exterir de la casa, el asfalto o la madera son superficies desaconsejables, es mejor que puedan tumbarse sobre el césped o la arena, ya que así se amortiguan considerablemente los golpes diarios y se disminuye el estrés articular de los codos, que soportan el peso del perro cuando está tumbado.
Y, en estos casos, más que nunca, es importante mantenerles en su peso óptimo, sin sobrepeso u obesidad que complicarían aún más la situación.